Y el sacerdote la acusará mediante juramento, y dirá a la mujer: Si ningún hombre se ha acostado contigo, y si no te has apartado a la impureza [con otro] en lugar de tu marido, queda libre de esta agua amarga que causa la maldición:

Ver. 19. Causa la maldición. ] La justicia divina lo causó; el agua lo descubrió.

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