Solamente por la soberbia viene la contienda, pero con el bien aconsejado [hay] sabiduría.

Ver. 10. Sólo por el orgullo viene la contención. ] Heb., Dabit iurgium. El orgullo, si no se da ninguna causa de contención, lo hará. Transcendo, non obedio, perturbo, es el lema escrito en la triple corona del orgullo. Una persona orgullosa está llena de descontento; nada puede complacerlo. Como quien tiene una hinchazón en las manos, algo u otro lo toca todavía y lo lleva a gritar.

El orgullo embriaga al hombre de su propia vanidad. "El soberbio" es como el que "pecó con el vino". Hab 2: 5 Y los borrachos, sabemos, son pendencieros. Los corintios tenían riquezas, dones y conocimientos; y llevados en alto por estas alas de cera, dominaban y despreciaban a los demás; 1 Cor 4: 8 estaban divididos y descontentos; 1 Cor 3: 3 y estos desbordes de hiel y bazo vinieron de una plenitud de mal humor.

El orgullo es un moquillo divisorio; las piernas hinchadas gotosas se mantienen a distancia; las vejigas infladas con el viento brotan unas de otras y no se cierran; pero pínchalos y podrás meter mil en un cuartito.

Pero con el bien aconsejado está la sabiduría. ] La "mansedumbre de la sabiduría", como la tiene Santiago; Santiago 3:13, del cual bien podemos decir, como Tértulo le dijo a Félix: "En ti disfrutamos de gran tranquilidad". Hechos 24: 2 Fue un gran problema para Amán conducir el caballo de Mardoqueo, lo que otro hombre no habría pensado así. El movimiento de una paja turba la carne orgullosa; mientras que la humildad, si se ve obligada a caminar una milla, llegará a dos por una necesidad, sí, hasta donde los zapatos del evangelio de la paz puedan llevarla. "La sabiduría de arriba es pacífica". Mermelada 3:17

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