La sabiduría [está] delante del que tiene entendimiento; pero los ojos del necio están en los confines de la tierra.

Ver. 24. La sabiduría está delante del que tiene entendimiento. ] El rostro del hombre entendido es sabiduría; su misma cara le habla sabiamente; el gobierno de sus ojos, especialmente, es un argumento de su gravedad. a Sus ojos están en su cabeza, Ec 2: 4 él esparce con ellos todo mal. Pro 20: 8 Tiene oculum irretortum, como Job; Job 31: 1 y José tenía oculum in metam (que era el lema de Ludovica Vives), su mirada fija en la marca; él mira directamente; Pro 4:25 recorre el mundo como en una profunda musa, o como alguien que tiene prisa por algún asunto especial y, por lo tanto, pasa por alto todo lo que está fuera de él.

Él ha aprendido de Isaías 33:14,15 , que él verá a Dios para su consuelo, no sólo debe "estrechar sus manos para no recibir regalos", como en el versículo anterior, sino también "tapar sus oídos para que no oigan sangre, "y" cierra sus ojos para que no vea el mal ". Vitiis nobis in animum per oculos est via, dice Quintiliano; b el pecado entra en el pequeño mundo a través de estas ventanas, y la muerte por el pecado, como los necios encuentran con demasiada frecuencia al echar sus ojos en los rincones de la tierra, permitiéndoles vagar al azar sin restricciones, con miradas irregulares y miradas desmesuradas.

En hebreo, la misma palabra significa ojo y fuente, para mostrar, dice uno, que del ojo, como de una fuente, fluye tanto el pecado como la miseria. "Cierra, pues, las cinco ventanas, para que la casa se llene de luz", como dice el proverbio árabe. Leemos de uno, que haciendo un viaje a Roma, y ​​sabiendo que era un lugar corrupto, y un corruptor de otros, entró a la ciudad con los ojos bien cerrados; tampoco vería nada allí salvo la iglesia de San Pedro, que tenía muchas ganas de visitar.

Alipius en Agustín importunado para ir a aquellos espectáculos sangrientos de los combates de gladiadores, resolvió guiñar un ojo, y lo hizo; pero al oír un grito de aplausos, miró hacia el exterior y quedó tan prendado del deporte que se convirtió en un habitual frecuentador de esas crueles reuniones.

un animi de índice de Vultus. - Profecto occulis animus inhabitat. - Plin,

b Quintil., Declam.

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