Todo camino del hombre es recto en su propia opinión, pero Jehová pondera los corazones.

Ver. 2. Todo camino de un hombre es correcto a sus propios ojos. ] Ver Trapp en " Pro 16: 2 " Tal es nuestro amor propio pecaminoso, que, como Suffenus, fácilmente admiramos esa pequeña nada de bien que hay en nosotros; agarramos y abrazamos tanto el granero de nuestro propio cerebro, con el simio, que lo estrangulamos; montamos un mostrador por mil libras y nos jactamos de esas gracias de las que somos perfectos extraños.

Giramos el telescopio de perspectiva y con gusto nos vemos más grandes, otros más pequeños que ellos: adulamos nuestras propias almas como Micah lo hizo con la suya. Jue 17:13 donde sucede a menudo como sucedió con los riflers de la tumba de Semiramis, quienes, donde esperaban encontrar el tesoro más rico, se encontraron con un veneno mortal. Parece que nunca somos tan justos, porque primero en nuestra propia causa, Dios, como dice Salomón acerca del vecino de un hombre, viene y nos escudriña, y luego las cosas parecen de otra manera. Lucas 16:15

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