No te esfuerces por ser rico: deja de tu propia sabiduría.

Ver. 4. Trabaja para no ser rico. ] El cortesano todavía está en su lección. Muchos se han metido en los palacios de los príncipes, en lugares de lucro, gordos oficios, no les importa más que emplumar sus propios nidos, levantar sus propias casas, llenar sus propias arcas. Tales eran Shebna, Amán, Sejanus, de quienes Tácito hace este informe: Palam compositus pudor, intus summa adipiscendi libido, que hizo alarde de modestia, pero fue extremadamente codicioso; de tal manera, dice Séneca, una que él pensaba que todo se pierda que no tiene por sí mismo. Cuánto mejor José, Nehemías, Daniel, etc., quienes, siendo totalmente para el público, como no tenían nada que perder, tenían tan poco que conseguir, pero estaban por encima de todo precio o venta.

Deja de tu propia sabiduría. ] Desecha esa política carnal que te impulsaría a obtener rem, rem, quocunque modo rem, riqueza de cualquier modo. Santiago la califica acertadamente de "terrenal, sensual, diabólica". "Terrenal", manejando los deseos del ojo con fines de lucro; "sensual", manejando las concupiscencias del ojo hasta el final del placer; y "diabólico", manejando la soberbia de la vida hasta los fines del poder ( Santiago 3:15 1Jn 2: 14-15

a Quicquid non adquisitur damnum est. - Sen.

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