El bocado que comiste, lo vomitarás y perderás tus dulces palabras.

Ver. 8. El bocado que has comido. ] Es decir, lo que has comido estará tan mal salteado que lo volverás a pedir y te arrepentirás de tus cumplidos, o de cualquier buen discurso que hayas usado en la mesa; que era la sal con la que nuestro Salvador solía rociar los platos dondequiera que cenaba.

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