El que con delicadeza cría a su siervo desde niño, a la larga lo convertirá en [su] hijo.

Ver. 21. El que levanta delicadamente a su siervo. ] Un amo que sea, como debe, amado y temido por sus siervos, debe ocuparse de dos cosas: (1.) La buena elección; y (2.) El buen uso de ellos. Este mismo Salomón, que así aconseja aquí, no fue tan bien informado; porque vio que Jeroboam, que dio ocasión, según está concebido, de pronunciar este proverbio, era apto para la obra, y por lo tanto, no examinando su religión, lo entretuvo en su servicio, sí, lo puso sobre la familia de José, lo admitió en tanta familiaridad, y le soltó las riendas de la disciplina doméstica, que tomó posesión de él como un joven amo en la casa, y poco después se convirtió en un traidor, y debería ser como su hijo, y más.

Lo mismo se puede ver en Abner, el siervo de Is-boset, que se volvió tan altivo y soberbio, que no se le podía hablar, 2Sa 3: 7-11 y en Zimri, a quien su señor Ela favorecía y estimaba tanto, que lo nombró capitán de la mitad de sus carros. Pero este mendigo, así montado a caballo, cabalga sin riendas, para la ruina de su amo y de toda su casa. 1Re 16:11 Tan cierto es el del poeta:

"Aφορητος εστι μαστιγιας ευτυχων".

"Asperius nihil est humili dum surgit in altum".

Tobías el siervo es tan insolente que no hay trato con él.

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