El justo considera la causa del pobre, [pero] el impío no hace caso de conocerla.

Ver. 7. El justo considera la causa de los pobres. ] La causa, no la persona del pobre, porque eso está prohibido por la ley. Lev 19:15 Los grandes no deben ser favorecidos por su poder, ni los malos por su miseria, sino que se debe hacer justicia, se debe hacer justicia a todos, como lo hizo Moisés; es decir, incluso la ley y la ejecución del derecho - como dice el juramento que se da a nuestros jueces - sin respeto a las personas.

La causa del pobre y del necesitado debe equilibrarse con la del rico y poderoso, no sea que sea pisoteado por esos toros gordos de Basán, para su total perdición. Porque un pobre en su casa es como un caracol en su caparazón; aplasta eso y lo matarás.

Pero el impío no se preocupa por saberlo. ] A menos que hubiera más que conseguir. Félix pronto tuvo suficiente de la defensa de Paul, porque esperaba algún soborno de él; pero no vino nada. ¡Cuán mal dispuesto fue ese juez injusto, Lucas 18: 1-8, ya sea para tomar conocimiento de, o para tomar curso para, el alivio de la pobre viuda! Aperi bursam, apperiam buccam, dice el codicioso abogado. Aquellos que no pueden derrochar dinero de la bolsa son poco bienvenidos a estos Crumenimulgae, como uno los llama, estos tontos de bolsa, que pesarán su oro, pero no su causa; y si alguno no les mete en la boca, hasta preparan guerra contra él. Micrófono 3: 5

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