Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sana sabiduría y la prudencia.

Ver. 21. Que no se vayan. ] Ne effluant haec ab oculis tuis, dice la Vulgata. Ne haec a tuis oculis deflectant in obliquum huc et illuc; así que Mercer. Dejemos que los ojos miren directamente, σκοπουντων, Pro 4:25 miren con nostalgia y atención estas grandes obras de Dios, y su sabiduría en ellas expuesta y conspicua, como en un teatro. Ojo estas cosas, como el timonel hace la brújula, como el arquero hace la marca a la que dispara, 2 Corintios 4:18 o como el pasajero hace su camino, que encuentra difícil de acertar y peligroso de errar. Sí, sean el deleite de tus ojos, con la vista de que no te saciarás ni saciarás.

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