Hijo mío, que no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y la discreción:

Hijo mío, que no se aparten de tus ojos: guarda la sabiduría y la discreción. Sobre estas últimas palabras, notas. Salomón repite advertencias similares con tanta frecuencia (cf. Proverbios 1:8  ) a causa de la apatía espiritual de los hombres, para impresionarlos más firmemente con la grandeza, certeza e importancia de estas verdades. Guárdalas ante tus ojos como objeto perpetuo de deleite y fuente de instrucción.

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