No temerá la mala noticia; su corazón está firme, confiado en el SEÑOR.

Ver. 7. No tendrá miedo de las malas noticias ] Cuando el avaro sinvergüenza está dispuesto a desaparecer, por temor al mal que pueda seguir, este hombre no se intimida ni se horroriza. El temor de Dios lastra de tal manera su corazón, que flota con firmeza; y sople el viento que quiera, navega seguro al puerto. Fides famem non formidat, La fe no teme al hambre ni a ninguna otra cosa; cuando como un sonido de miedo está siempre en los oídos del impío, Job 15:4

Su corazón está fijo ] a saber. Sobre la promesa de Dios; y por eso tiene seguridad espiritual, un día de reposo espiritual bendito; está liberado, si no de la destrucción común, pero de la distracción común; porque sabe en quién ha confiado. Praeclara est aequabilitas in omni vita, et idem semper vultus, eademque frons, dice Cicerón. Es una cosa valiente tener un espíritu bien compuesto en todos los cambios y parecerse, como quiera que sea el mundo.

Los paganos nos dicen que Cayo Laelio era uno de ellos, y Arquímedes y Sócrates, de quienes se dice que estuvieron muy por encima de todo temor o dolor por cualquier desastre (Eliano. Lib. 9). Pero eso no podía ser, porque sus corazones no estaban fijos, confiando en el Señor. Y cómo Sócrates (el mejor de ellos) se tambaleó y titubeó cuando llegó a morir, aparece en su último discurso, tal como lo relatan tanto Platón como Cicerón.

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