Oh Dios, tú conoces mi necedad; y mis pecados no te son ocultos.

Ver. 5. Oh Dios, tú conoces mi necedad ] Secundum dici, non secundum esse; ironica enim est locutio. Tú conoces mi inocencia y cuán libre estoy de esa locura y esas faltas inmundas con las que me acusan falsamente.

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