5. ¡Oh Dios! sabes mi tontería Agustín ha trabajado con poco propósito para mostrar de qué manera estas palabras son aplicables a Cristo; y finalmente transfiere a sus miembros lo que no se puede decir correctamente del Jefe. (72) Aquí David usa el lenguaje de la ironía; y con este modo de expresarse quiso intimar, que, abrumado por los juicios injustos de los hombres, se acerca a Dios y le ruega que aparezca como el defensor de su causa. Esto es mucho más enfático que si hubiera afirmado claramente, y sin figura, que su integridad era conocida por Dios. De esta manera administra una aguda reprimenda a sus enemigos, y por así decirlo mira con desprecio noble los discursos calumniosos que pronunciaron contra él; como Jeremías hace cuando dice:

"¡Oh Señor! me has engañado y yo fui engañado ". ( Salmo 20:7)

Algunas personas ignorantes ponen una construcción violenta en estas palabras de Jeremías, como si implicaran que en realidad fue engañado; mientras que debe entenderse que se burla con sarcasmo amargo de sus calumniadores, quienes, al hablar mal de él, fueron acusados ​​de reprochar y blasfemar a Dios mismo. De la misma manera, David, en el pasaje que tenemos ante nosotros, como un medio para evitar sucumbir ante los perversos juicios de los hombres, apela a Dios como el juez de su causa; y poseyendo, como lo hizo el testimonio de aprobación de una buena conciencia, considera en gran medida con indiferencia la estimación injusta que los hombres podrían formar de su carácter. De hecho, era deseable que nuestra integridad también fuera reconocida y aprobada por los hombres, y no tanto por nuestra propia cuenta como para la edificación de nuestros hermanos. Pero si, después de haber hecho todo lo que esté a nuestro alcance para que los hombres formen una opinión favorable respecto de nosotros, ellos malinterpretan y pervierten cada buena palabra que pronunciamos, y cada buena acción que realizamos, debemos mantener tal grandeza mental con valentía despreciar al mundo y a todos los falsos acusadores, descansando contentos con el juicio de Dios y solo con eso; para aquellos que están demasiado ansiosos por mantener su buen nombre, a menudo no pueden experimentar desmayos de corazón. Estemos siempre listos para satisfacer a los hombres; pero si se niegan a escuchar lo que tenemos que decir en auto-vindicación, procedamos en nuestro curso a través del mal informe y el buen informe, siguiendo el ejemplo de Pablo donde apela sin temor al juicio de Dios,

"quién sacará a la luz las cosas ocultas de la oscuridad" ( 1 Corintios 4:5)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad