Y se acordaron de que Dios [era] su roca, y el Dios alto su redentor.

Ver. 35. Y recordaron ] La miseria es el mejor arte de la memoria. Pero este recuerdo de Dios no fue sino como letras escritas en la arena, o como un cuadro dibujado en el hielo, que no dura mucho; fue sólo un destello, y mientras estaban de buen humor; no era más que el sueño de Nabucodonosor, que pronto había olvidado. Se acordaron de Dios, lingua non corde, con la lengua, pero no con el corazón, como dice aquí Aben Ezra. Le dieron a Dios un lío de palabras bonitas, llamándolo Roca, Redentor, etc., pero no debe ser tan cortejado y felicitado; las cabras pueden ser alimentadas con hojas, pero no se burlan de Dios.

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