24-30 David tiene mucho cuidado con la seguridad del arca. Es correcto estar más preocupado por la prosperidad de la iglesia que la nuestra; preferir el éxito del evangelio por encima de nuestra propia riqueza, crédito, tranquilidad y seguridad. Observe con qué satisfacción y sumisión David habla de la disposición divina. Es nuestro interés, así como nuestro deber, consentir alegremente en la voluntad de Dios, lo que nos suceda. Veamos la mano de Dios en todos los eventos; y para que no tengamos miedo de lo que será, veamos todos los eventos en la mano de Dios. El pecado de David estuvo siempre delante de él, Salmo 51:3; pero nunca tan claro, ni tan negro como ahora. Nunca lloró así cuando Saúl lo cazó, pero una conciencia herida hace que los problemas sean pesados, Salmo 38:4.

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