18-29 Aun cuando el Señor sabe que las obras de su pueblo son forjadas en amor, fe, celo y paciencia; sin embargo, si sus ojos, que son como una llama de fuego, los observa cometiendo o permitiendo lo que es malo, los reprenderá, los corregirá o los castigará. Aquí hay alabanzas del ministerio y la gente de Tiatira, por Aquel que conocía los principios a partir de los cuales actuaban. Se hicieron más sabios y mejores. Todos los cristianos deben desear sinceramente que sus últimas obras sean sus mejores obras. Sin embargo, esta iglesia se confabulaba con algunos malvados seductores. Dios es conocido por los juicios que ejecuta; y con esto sobre los seductores, muestra su cierto conocimiento de los corazones de los hombres, de sus principios, diseños, marco y temperamento. Se alienta a aquellos que se mantuvieron puros y sin mancha. Es peligroso despreciar el misterio de Dios, y tan peligroso recibir los misterios de Satanás. Tengamos cuidado con las profundidades de Satanás, de las cuales los que menos saben son los más felices. ¡Qué tierno es Cristo de sus fieles siervos! No pone nada sobre sus sirvientes sino lo que es para su bien. Existe la promesa de una amplia recompensa para el creyente perseverante y victorioso; También conocimiento y sabiduría, adecuados a su poder y dominio. Cristo trae el día con él al alma, la luz de la gracia y de la gloria, en la presencia y disfrute de él, su Señor y Salvador. Después de cada victoria, sigamos nuestra ventaja contra el enemigo, para que podamos vencer y mantener las obras de Cristo hasta el final.

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