13,14 Estos versículos cierran la conferencia entre Cristo y su iglesia. Primero se dirige a ella como si estuviera en los jardines, las asambleas y ordenanzas de sus santos. Él la exhorta a ser constante y frecuente en oraciones, súplicas y alabanzas, en las que se deleita. Ella responde, ansiando su rápido regreso para llevarla a estar completamente con Él. Los cielos, esas altas montañas de especias dulces, deben contener a Cristo, hasta que llegue el momento, cuando cada ojo lo vea, en toda la gloria del mundo mejor. Los verdaderos creyentes que están buscando, por lo que se apresuran a la venida de ese día del Señor. Que cada cristiano se esfuerce por cumplir con los deberes de su puesto, para que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre celestial. Continuando fervientemente en oración por lo que queremos, nuestras acciones de acción de gracias abundarán y nuestra alegría será plena; nuestras almas se enriquecerán y nuestra labor prosperará. Seremos capaces de esperar la muerte y el juicio sin temor. Aun así, ven, Señor Jesús.

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