6-11 Es la política de Satanás intentar llevarnos al mal a través de aquellos a quienes amamos, a quienes menos sospechamos de cualquier mal propósito y a quienes deseamos complacer y tendemos a conformarnos. Se supone que la tentación proviene de un hermano o un hijo, que están cerca por naturaleza; de una esposa o amigo, que están cerca por elección y son para nosotros como nuestras almas. Pero nuestra obligación es preferir a Dios y la religión por encima de los amigos más cercanos y queridos que tenemos en el mundo. No debemos, para complacer a nuestros amigos, quebrantar la ley de Dios. No debes consentir con él ni acompañarlo, ni por compañía ni por curiosidad, ni para ganar su afecto. Es una regla general: "Si los pecadores te incitan, no consientas", Proverbios 1:10. Y no debemos obstaculizar la obra de la justicia de Dios.

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