1-8 Se cuida de que los sacerdotes no se enreden en los asuntos de esta vida ni se enriquezcan con las riquezas de este mundo; tienen cosas mejores en qué ocuparse. También se cuida de que no les falten las comodidades de esta vida. El pueblo debe proveer para ellos. Aquel que se beneficia de solemnes reuniones religiosas debe contribuir para el soporte cómodo de aquellos que ministran en tales reuniones.

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