23-30 Se relata nuevamente la solemne entrega del libro de la ley a los levitas, para ser depositado en, o más bien al lado, del arca. El cántico que sigue en el próximo capítulo es entregado a Moisés, y él lo presenta al pueblo. Lo escribió primero, como el Espíritu Santo le enseñó, y luego lo pronunció ante todo el pueblo. Moisés les dice claramente: Sé que después de mi muerte, os corromperéis totalmente. Sin duda, muchas tristes reflexiones le causaron a este buen hombre; pero su consuelo fue que había hecho su deber y que Dios sería glorificado en su dispersión, si no en su asentamiento, porque el fundamento de Dios está seguro.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad