9-11 Los corazones de los hombres y sus corrupciones son las mismas ahora que en otros tiempos; sus deseos, actividades y quejas, siguen siendo las mismas. Esto debería llevarnos a esperar la felicidad en la criatura, y acelerarnos a buscar bendiciones eternas. ¡Cuántas cosas y personas en los días de Salomón se pensaban muy bien, sin embargo, no hay recuerdo de ellas ahora!

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