14-30 Moisés y Aarón eran israelitas, levantados entre sus hermanos, al igual que también debía serlo Cristo, quien sería el Profeta y Sacerdote, el Redentor y Legislador del pueblo de Israel. Moisés regresa a su narrativa y repite el encargo que Dios le había dado de entregar su mensaje a Faraón y su objeción contra ello. Aquellos que han hablado sin prudencia con sus labios deben reflexionar sobre ello con pesar, como parece hacer Moisés aquí. "Incircunciso" se usa en la Escritura para señalar la falta de idoneidad que puede haber en algo para cumplir su propósito adecuado; así como el corazón carnal y la naturaleza depravada del hombre caído son completamente inadecuados para los servicios de Dios y para los propósitos de su gloria. Es provechoso no poner confianza en nosotros mismos; toda nuestra capacidad debe estar en el Señor. Nunca podemos confiar en nosotros mismos demasiado poco ni en nuestro Dios demasiado mucho. "Nada puedo hacer por mí mismo", dijo el apóstol, "pero todo lo puedo en Cristo, que me fortalece".

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