1-9 Cuando Dios da una orden para hacer algo, da sabiduría. Lo que entregaron no fue lo que habían visto o escuchado, ya que eso es lo que los ministros de Cristo entregan. No eran profetas orantes, no tenían relaciones con el cielo; idearon cómo complacer a las personas, no cómo hacerles bien; No se opusieron al pecado. Halagaron a la gente con vanas esperanzas. Tal amplía la brecha, al hacer que los hombres se consideren merecedores de la vida eterna, cuando la ira de Dios permanece sobre ellos.

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