10-16 Un falso profeta construyó el muro, estableció la noción de que Jerusalén debía salir victorioso y se hizo aceptable por él. Otros hicieron el asunto aún más plausible y prometedor; ellos embadurnaron el muro que el primero había construido; pero, en poco tiempo, serían engañados cuando su trabajo fuera derrotado por la tormenta de la justa ira de Dios; cuando el ejército caldeo desolado la tierra. Las esperanzas de paz y felicidad, no garantizadas por la palabra de Dios, engañarán a los hombres; como una pared bien pintada, pero mal construida.

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