23-25 ​​Nunca los creyentes han encontrado más disfrute de Dios, que cuando sufren juntos por él. La gracia es el mejor deseo para nosotros y para los demás; con esto empieza y termina el apóstol. Toda la gracia proviene de Cristo; él la compró y él la otorga. ¿Qué más necesitamos para ser felices, que tener la gracia de nuestro Señor Jesucristo con nuestro espíritu? Hagamos ahora eso, que debemos hacer en el último suspiro. Entonces los hombres están dispuestos a renunciar al mundo, y a preferir la menor porción de gracia y de fe antes que un reino.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad