15-22 Cuando hablamos de la naturaleza de cualquier pecado u ofensa contra Dios, la maldad del mismo no debe ser disminuida; pero en un pecador penitente, así como Dios lo cubre, así debemos hacerlo nosotros. Tales caracteres cambiados a menudo se convierten en una bendición para todos aquellos entre los que residen. El cristianismo no suprime nuestros deberes para con los demás, sino que nos orienta a cumplirlos correctamente. Los verdaderos penitentes reconocerán abiertamente sus faltas, como sin duda lo hizo Onésimo con Pablo, al ser despertado y llevado al arrepentimiento; especialmente en los casos de daños causados a otros. La comunión de los santos no destruye la distinción de bienes. Este pasaje es un ejemplo de lo que se imputa a uno, que es contraído por otro; y de que uno se hace responsable por otro, por un compromiso voluntario, para que pueda ser liberado del castigo debido a sus crímenes, de acuerdo con la doctrina de que Cristo por su propia voluntad llevó el castigo de nuestros pecados, para que pudiéramos recibir la recompensa de su justicia. Filemón era hijo de Pablo en la fe, pero le suplicaba como a un hermano. Onésimo era un pobre esclavo, y sin embargo Pablo rogó por él como si buscara algo grande para sí mismo. Los cristianos deben hacer lo que puede dar alegría a los corazones de los demás. Del mundo esperan problemas; deben encontrar consuelo y alegría los unos en los otros. Cuando se nos arrebata alguna de nuestras misericordias, nuestra confianza y esperanza deben estar en Dios. Debemos usar diligentemente los medios, y si no hay otros a mano, abundar en la oración. Sin embargo, aunque la oración prevalezca, no merece las cosas obtenidas. Y si los cristianos no se reúnen en la tierra, aun así la gracia del Señor Jesús estará con sus espíritus, y pronto se reunirán ante el trono para unirse para siempre en la admiración de las riquezas del amor redentor. El ejemplo de Onésimo puede animar a los más viles pecadores a volver a Dios, pero se impide vergonzosamente, si alguno se atreve por ello a persistir en los malos caminos. ¿No se aleja a muchos en sus pecados, mientras que otros se endurecen más? No te resistas a las convicciones actuales, para que no vuelvan más.

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