19-33 Cuando veamos claro nuestro llamado a cualquier servicio, no debemos estar perplejos con dudas y escrúpulos que surjan de prejuicios o ideas anteriores. Cornelio había convocado a sus amigos para que participaran con él de la sabiduría celestial que esperaba de Pedro. No debemos desear comer solos nuestros bocados espirituales. Se debe dar y tomar como bondad y respeto a nuestros parientes y amigos, invitarlos a unirse a nosotros en los ejercicios religiosos. Cornelio declaró la dirección que Dios le dio para enviar a buscar a Pedro. Tenemos razón en nuestros objetivos al asistir a un ministerio evangélico, cuando lo hacemos teniendo en cuenta la designación divina que nos exige hacer uso de esa ordenanza. Cuán pocas veces los ministros son llamados a hablar a tales compañías, por pequeñas que sean, en las que se puede decir que todos están presentes a la vista de Dios, para oír todas las cosas que son ordenadas por Dios. Pero éstos estaban dispuestos a escuchar lo que a Pedro se le había ordenado por Dios.

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