18-25 Observe el llamado dado a esta gente, y el carácter dado de ellos. Se arruinan multitudes por falta de observar lo que no pueden dejar de ver; perecen, no por ignorancia, sino por descuido. El Señor se complace en dar a conocer su propia justicia. Por sus pecados fueron despojados de todas sus posesiones. Esto sucedió completamente en la destrucción de la nación judía. No hay resistencia ni escapa de la ira de Dios. Mira la travesura que hace el pecado; provoca a Dios a la ira. Y aquellos no humillados por juicios menores, deben esperar mayores. ¡Pobre de mí! ¡Cuántos cristianos profesos son ciegos como los paganos ignorantes! Si bien el Señor se complace en salvar a los pecadores a través de la justicia de Cristo, también glorificará su justicia al castigar a todos los orgullosos despreciadores. Al ver que Dios ha derramado su ira sobre su pueblo que alguna vez fue favorecido, debido a sus pecados, tememos, para que no se nos deje una promesa de entrar en su reposo, cualquiera de nosotros se encontrará corto.

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