9-13 Dios envía a Isaías para predecir la ruina de su pueblo. Muchos escuchan el sonido de la palabra de Dios, pero no sienten el poder de ella. Dios a veces, en un juicio justo, entrega a los hombres a la ceguera mental, porque no recibirán la verdad por amor a ella. Pero ningún humilde investigador de Cristo necesita temer esta terrible fatalidad, que es un juicio espiritual sobre aquellos que aún retendrán sus pecados. Que cada uno ore por la iluminación del Espíritu Santo, para que pueda percibir cuán preciosas son las misericordias divinas, por las cuales solo estamos protegidos contra este terrible peligro. Sin embargo, el Señor preservaría un remanente, como el décimo, santo para él. Y bendito sea Dios, él todavía conserva su iglesia; sin embargo, los profesores o las iglesias visibles pueden ser tachados de infructuosos, la simiente sagrada brotará, de quien surgirán todas las numerosas ramas de la justicia.

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