6-9 El pueblo profesante de Dios debe ser un pueblo de oración. No está disgustado con nosotros por ser sincero, como suelen ser los hombres; nos pide que lloremos después de él y no le demos descanso, Lucas 11:5; Lucas 11:6. Es una señal de que Dios está viniendo a un pueblo en misericordia, cuando derrama un espíritu de oración sobre ellos. Mira cuán inciertas son nuestras comodidades. Vea también la misericordia de Dios al dar abundancia, y la paz para disfrutarla. Disfrutemos asistiendo a las cortes del Señor, para que podamos disfrutar de los consuelos de su Espíritu.

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