1-58 Los detalles de esta profecía están dispersos y entretejidos, y las mismas cosas se fueron y volvieron nuevamente. Babilonia abunda en tesoros, pero ni sus aguas ni su riqueza la protegerán. La destrucción llega cuando no lo piensan. Dondequiera que estemos, en las mayores profundidades, a las mayores distancias, debemos recordar al Señor nuestro Dios; y en los tiempos de los mayores temores y esperanzas, es muy necesario recordar al Señor. El sentimiento emocionado por la caída de Babilonia es el mismo con la Babilonia del Nuevo Testamento, Apocalipsis 18:9; Apocalipsis 18:19. La ruina de todos los que apoyan la idolatría, la infidelidad y la superstición es necesaria para el renacimiento de la verdadera piedad; y las profecías amenazantes de la Escritura dan consuelo en este punto de vista. El gran asiento de la tiranía anticristiana, la idolatría y la superstición, el perseguidor de los verdaderos cristianos, está tan ciertamente condenado a la destrucción como la antigua Babilonia. Entonces grandes multitudes llorarán por el pecado y buscarán al Señor. Entonces las ovejas perdidas de la casa de Israel serán llevadas de vuelta al redil del buen Pastor, y no se desviarán más. Y el cumplimiento exacto de estas antiguas profecías nos anima a tener fe en todas las promesas y profecías de las Sagradas Escrituras.

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