3-7 Las consideraciones más silenciosas bajo la aflicción se obtienen de la palabra de Dios. ¿Qué fue lo que Dios habló? Aunque el corazón de Aaron debe haber estado lleno de angustia y consternación, sin embargo, con sumisión silenciosa, veneraba la justicia del golpe. Cuando Dios nos corrige a nosotros o a los nuestros por el pecado, es nuestro deber aceptar el castigo y decir: Es el Señor, que haga lo que le parezca bueno. Cada vez que adoramos a Dios, nos acercamos a él, como sacerdotes espirituales. Esto debería hacernos muy serios en todos los actos de devoción. Cuando nos acercamos a Dios, nos concierne a todos hacer todos los ejercicios religiosos, ya que aquellos que creen que el Dios con quien tenemos que hacer es un Dios santo. Se vengará de aquellos que profanan su sagrado nombre jugando con él.

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