14-29 El padre del joven que sufría reflexionaba sobre la falta de poder en los discípulos; pero Cristo le hará atribuir la decepción a la falta de fe. Es mucho lo que se promete a nuestros creyentes. Si puedes creer, es posible que tu corazón duro se ablande, que tus enfermedades espirituales se curen y que, débil como eres, puedas resistir hasta el final. Los que se quejan de la incredulidad, deben buscar la gracia de Cristo para que les ayude contra ella, y su gracia les será suficiente. A los que Cristo cura, los cura eficazmente. Pero Satanás no está dispuesto a ser expulsado de los que han sido sus esclavos durante mucho tiempo, y, cuando no puede engañar o destruir al pecador, le causará todo el terror que pueda. Los discípulos no deben pensar en hacer su trabajo siempre con la misma facilidad; algunos servicios exigen más que los dolores comunes.

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