7-15 El buen trabajo que obstaculiza es a lo que apuntan los hombres malos y se prometen éxito; pero el buen trabajo es el trabajo de Dios, y prosperará. Dios tiene muchas maneras de sacar a la luz, y de esta manera, de nada, los dispositivos y diseños de los enemigos de su iglesia. Si nuestros enemigos no pueden asustarnos del deber o engañarnos al pecado, no pueden hacernos daño. Nehemías se puso a sí mismo y a su causa bajo la protección divina. Era el camino de este buen hombre, y debería ser el nuestro. Todos sus cuidados, todas sus penas, todos sus miedos, se extendió ante Dios. Antes de usar cualquier medio, hizo su oración a Dios. Habiendo rezado, puso una guardia contra el enemigo. Si pensamos asegurarnos mediante la oración, sin vigilancia, somos perezosos y tentamos a Dios; si por la vigilancia, sin oración, somos orgullosos y un Dios leve: de cualquier manera, perdemos su protección. El cuidado de Dios de nuestra seguridad, debe comprometernos y alentarnos a continuar con vigor en nuestro deber. Tan pronto como termine el peligro, volvamos a nuestro trabajo y confiemos en Dios en otro momento.

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