6-8 Aunque el Señor es alto, respeta a todos los pecadores humildes y humildes; pero el orgulloso e incrédulo será desterrado lejos de su feliz presencia. Los consuelos divinos tienen suficiente en ellos para revivirnos, incluso cuando caminamos en medio de problemas. Y Dios salvará a su propio pueblo para que puedan ser revividos por el Espíritu Santo, el Dador de la vida y la santidad. Si le damos a Dios la gloria de su misericordia, podemos tomarnos el consuelo. Esta confianza no eliminará, sino que acelerará la oración. Lo bueno que hay en nosotros es que Dios obra en nosotros tanto para querer como para hacer. El Señor perfeccionará la salvación de cada verdadero creyente, y nunca abandonará a aquellos que ha creado de nuevo en Cristo Jesús para hacer buenas obras.

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