1-6 El salmista le ruega fervientemente a Dios que lo proteja del miedo inquietante. La lengua es un miembro pequeño, pero cuenta con grandes cosas. El hombre recto es la marca a la que apuntan los malvados, no pueden hablar pacíficamente ni de él ni de él. No hay guardia contra una lengua falsa. Es malo hacer mal, pero peor animarse a nosotros mismos y a los demás. Es una señal de que el corazón está endurecido en su mayor grado, cuando está completamente preparado para hacer el mal. Una incredulidad práctica del conocimiento de Dios de todas las cosas, está en el fondo de toda maldad. El beneficio de una buena causa y una buena conciencia, aparece más cuando nada puede ayudar a un hombre contra sus enemigos, salvo Dios solo, quien siempre es una ayuda presente.

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