7-10 Cuando Dios trae sobre los hombres las travesuras que han deseado sobre otros, es suficiente peso hundir a un hombre en el infierno más bajo. Aquellos que aman maldecir, vendrá sobre ellos. Los que contemplen esto comprenderán y observarán la mano de Dios en todo; a menos que lo hagamos, no es probable que nos beneficiemos de las dispensaciones de la Providencia. Los justos se alegrarán en el Señor; no contento de la miseria y la ruina de sus semejantes, sino contento de que Dios sea glorificado, y que su palabra se cumpla, y la causa de la inocencia herida se declare efectivamente. No se regocijan en los hombres, ni en sí mismos, ni en ninguna criatura, ni en el disfrute de las criaturas, ni en su sabiduría, fuerza, riqueza o justicia; pero en Cristo, en quien toda la simiente de Israel está justificada y gloria, y en lo que él es para ellos, y ha hecho por ellos.

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