1-6 Ninguno endureció su corazón contra Dios y prosperó. Dios es la alegría de su pueblo, luego déjelos alegrarse cuando vengan ante él. El que deriva su ser de ninguno, pero da el ser a todos, está comprometido por la promesa y el convenio de bendecir a su pueblo. Debe ser alabado como un Dios de misericordia y tierna compasión. Siempre se preocupa por los afligidos y oprimidos: los pecadores arrepentidos, que están indefensos y expuestos más que cualquier niño sin padre, son admitidos en su familia y comparten todas sus bendiciones.

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