18-23 El salmista ruega que Dios aparezca para la iglesia contra sus enemigos. La insensatez de los que injurian su evangelio y sus siervos será evidente para todos. Llamemos a nuestro Dios para iluminar a las naciones oscuras de la tierra; y para rescatar a su pueblo, para que el pobre y el necesitado puedan alabar su nombre. Bendito Salvador, tú eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Haz que tu pueblo sea más que vencedor. Sé tú, Señor, en todo para ellos en cada situación y circunstancia; porque entonces tus pobres y necesitados alabarán tu nombre

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