11-14 Zacarías desea saber cuáles son los dos olivos. Zorobabel y Josué, este príncipe y este sacerdote, fueron dotados con los dones y las gracias del Espíritu de Dios. Vivían al mismo tiempo, y ambos eran instrumentos en la obra y el servicio de Dios. Los oficios de Cristo de Rey y Sacerdote fueron ensombrecidos por ellos. De la unión de estos dos oficios en su persona, tanto Dios como el hombre, se recibe y se imparte la plenitud de la gracia. Construyeron el templo, la iglesia de Dios. También Cristo espiritualmente. Cristo no es solo el Mesías, el Ungido mismo, sino que es el buen olivo de su iglesia; y de su plenitud recibimos. Y el Espíritu Santo es la unción o unción que hemos recibido. De Cristo el Olivo, por el Espíritu la Rama de Olivo, todo el aceite dorado de la gracia fluye a los creyentes, lo que mantiene sus lámparas encendidas. Busquemos, a través de la intercesión y la generosidad del Salvador, suministros de esa plenitud que hasta ahora ha sido suficiente para todos sus santos, de acuerdo con sus pruebas y empleos. Esperemos por él en sus ordenanzas, deseando ser santificado completamente en cuerpo, alma y espíritu.

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