Encontró, etc. - Aquí hubo una concurrencia de milagros: que el asno no huyó del león, según su naturaleza, sino que se detuvo valientemente, como reservándose para llevar al profeta a su entierro; que el león no devoró a su presa, ni se marchó después de haber hecho su trabajo, sino que se detuvo, en parte para preservar el cadáver del profeta de otras bestias salvajes o aves, en parte, como evidencia de que la muerte del profeta no fue casual, ni el efecto del carácter voraz de un león, sino del juicio singular y justo de Dios; y, en consecuencia, que su predicción era divina y debería cumplirse infaliblemente en su debido momento; y en parte, como muestra del favor de Dios hacia el profeta fallecido, de cuyo cadáver mismo tuvo tan especial cuidado: significando así,

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