Y el que vive, otro título peculiar de Dios. Y tengo las llaves de la muerte y del hades, es decir, el mundo invisible. En el estado intermedio, el cuerpo permanece en la muerte, el alma en el Hades. Cristo tiene las llaves, es decir, el poder sobre ambos; matar o avivar el cuerpo y disponer el alma, como le plazca. Le dio a San Pedro las llaves del reino de los cielos; pero no las llaves de la muerte ni del hades.

¿Cómo llega entonces su supuesto sucesor en Roma por las llaves del purgatorio? De la descripción anterior, en su mayoría, se toman los títulos dados a Cristo en las siguientes letras, particularmente las cuatro primeras.

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