Y ella dio a luz un hijo varón: Cristo, considerado no en su persona, sino en su reino. En la novena edad, muchas naciones con sus príncipes se agregaron a la iglesia cristiana. Quien gobernará a todas las naciones, cuando llegue su hora. Y su hijo, que ya estaba en el cielo, como la mujer y el dragón. Fue arrebatado por Dios, completamente fuera de su alcance.

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