El escudo de ellos ayudan - Por quien estás suficientemente protegido contra todos los asaltantes; y la espada de tu excelencia - O, tu espada más excelente, es decir, tu fuerza y ​​el autor de todas tus victorias pasadas o próximas. Aquellos en cuyos corazones está la excelencia de la santidad, tienen a Dios mismo por escudo y espada. Están defendidos con toda la armadura de Dios: Su palabra es su espada, y la fe su escudo.

Y tus enemigos te serán hallados como mentirosos, que dijeron que te destruirían, o al menos que nunca se someterían; y pisarás sus lugares altos, sus fortalezas, palacios y templos. Así el Dios de paz hollará a Satanás bajo los pies de todos los creyentes, y eso en breve.

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