Y Jetro tomó un holocausto para Dios, y probablemente él mismo lo ofreció, porque era sacerdote en Madián y adorador del Dios verdadero, y el sacerdocio aún no estaba establecido en Israel. Y comieron pan delante de Dios, con sobriedad, agradecimiento, en el temor de Dios; y sus palabras se convirtieron en santos. Por tanto, debemos comer y beber para la gloria de Dios; como los que creen que los ojos de Dios están sobre nosotros.

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