El tercer mandamiento se refiere a la manera de adorarnos; Donde tenemos

[1.] Una prohibición estricta. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano - Suponiendo que, habiendo tomado a Jehová por Dios de ellos, hicieran mención de su nombre, este mandamiento da una advertencia de no mencionarlo en vano, y sigue siendo tan necesario como siempre. Tomamos el nombre de Dios en vano. Primero, por hipocresía, haciendo profesión del nombre de Dios, pero sin estar a la altura de esa profesión. En segundo lugar, rompiendo el pacto.

Si hacemos promesas a Dios y no cumplimos con el Señor nuestros votos, tomaremos su nombre en vano. En tercer lugar, mediante juramento precipitado, mencionando el nombre de Dios, o cualquiera de sus atributos, en forma de juramento, sin una ocasión justa para ello, pero sin ningún propósito o sin un buen propósito. En cuarto lugar, mediante juramento falso, que algunos piensan que se trata principalmente de la letra del mandamiento. En quinto lugar, usando el nombre de Dios a la ligera y descuidadamente.

Está prohibida la profanación de la forma de devoción, así como la profanación de las formas de jurar; como también, la profanación de cualquiera de aquellas cosas por las que Dios se da a conocer. Porque el Señor no lo tendrá por inocente - Los magistrados que castigan otras ofensas, no pueden pensar que están interesados ​​en tomar nota de esto; pero Dios, que está celoso de su honor, no se confabula. El pecador quizás se considere inocente y piense que no hay nada de malo en ello; para obviar qué sugerencia, la amenaza se expresa así, Dios no lo tendrá por inocente - Pero más se da a entender, que Dios mismo será el vengador de aquellos que tomen su nombre en vano; y les resultará terrible caer en las manos del Dios viviente.

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