En la plancha de oro fijada sobre la frente de Aarón, como una media corona, que llegue, como dicen los judíos, de oreja a oreja, debe grabarse: Santidad a Jehová: debe recordarse a Aarón que Dios es santo y que sus sacerdotes. debe ser santo. El sumo sacerdote debe estar consagrado a Dios, y también todos sus ministerios. Todos los que asisten a la casa de Dios deben tener la santidad para el Señor grabada en sus frentes, es decir, deben ser santos, devotos del Señor y diseñando su gloria en todo lo que hacen.

Esto debe aparecer en su frente, en una profesión abierta de su relación con Dios, como aquellos que no se avergüenzan de poseerlo, y en una conversación que responda a ello. También debe estar grabado como los grabados de un sello, tan profundo, tan duradero; no pintada, por así decirlo, lavada, sino sincera y duradera.

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