Moisés tenía ochenta años; José, que iba a ser sólo un sirviente de Faraón, era el preferido a los treinta años; pero Moisés, que iba a ser un dios para Faraón, no fue tan digno hasta los ochenta años. Es conveniente que espere mucho tiempo por tal honor y se demore mucho en prepararse para tal servicio.

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