Y Moisés tenía ochenta años, y Aarón, ochenta y tres años, cuando hablaron a Faraón.

Moisés tenía ochenta años... La edad avanzada de los hermanos era una garantía de que no se habían dejado traicionar fácilmente en una empresa imprudente o peligrosa, y una prueba, al mismo tiempo, de que, bajo sus debilidades concomitantes, no habrían podido llevar a cabo la obra que emprendían, si no hubieran sido apoyados por una mano divina.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad