La Providencia lo llevó al mismo campo donde se daría de beber al rebaño de su tío, y allí se encontró con Raquel, que iba a ser su esposa. La Divina Providencia debe ser reconocida en todas las pequeñas circunstancias que concurren para hacer un viaje u otra empresa cómoda y exitosa. Si, cuando estamos perdidos, nos encontramos con aquellos que, según la estación, pueden dirigirnos; si nos encontramos con un desastre, y los que están cerca nos ayudarán; no debemos decir que fue por casualidad, sino por la providencia: nuestros caminos son caminos agradables, si continuamente reconocemos a Dios en ellos.

La piedra en la boca del pozo era para asegurar su propiedad en él, porque el agua escaseaba, para evitar que el pozo sufriera daños por el calor del sol, o para evitar que los corderos del rebaño se ahogaran en él.

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